Lento.

La fina garúa refrescaba mi rostro mientras caminaba por ese parque sanisidrino. Hay cierta magia en andar por un parque solitario en las primeras horas del día, cuando casi no se oyen autos andando ni gentes hablando. Había llegado temprano esa mañana, a mi jefe se le ocurrió hacer un desayuno de confraternidad. Recurso desesperado del que se suele valer un mal líder. La confraternidad dentro del ámbito laboral (en realidad dentro de cualquier ámbito) se da todos los días. Hipócritamente, como casi todos en el área, había resuelto sacrificar algunos minutos de sueño para que no quede en evidencia mi total animadversión a este tipo de “eventos” intrascendentes. La reunión estaba pactada a las siete de la mañana. La idea era tomar un desayuno pantagruélico (para el que habíamos aportado una cuota “voluntaria”), conversar todos como hermanitos, reírnos los unos de los otros y escuchar las siempres aburridísimas peroratas de nuestro “líder”.
Cuando el perro-despertador empezó a ladrar lo hizo porque lo desperté al arrancar el auto. No puede evitar una sonrisa pensando que esta vez  era yo quien había despertado al maldito. Me encontré una Javier Prado perfecta, hermosa, limpia de tráfico. Avance sin semáforos, sin fénix, sin combis asesinas y escuchando a Cerati (es decir a Soda, que es Cerati en un noventa por ciento).  Siempre en cuarta. Cuando salía de la cochera del edificio donde transcurre mi vida matrimonial empezaba el chelo de “Un misil en mi placard”. Llegando al Jockey Plaza comenzaba “Te para tres” y estacionándome en el lugar de siempre ya había empezado el bajo de “Trátame suavemente”. Terminé de cantarla y me juré (en vano por qué no ha pasado nunca mas) salir temprano todos los días y no desperdiciar casi dos horas de mi vida en ese tráfico infernal y selvático de Lima.
Bajé del auto a terminar la modorra con el frio húmedo del lugar, aun era seis y cuarenta. Era tan temprano que el muchacho que cuida los autos de los que no tenemos cochera ni dinero para afrontar el costo de una, sobretodo en San Isidro (cuyo estacionamiento más barato no baja de quinientos soles mensuales en el mejor de los casos), aun no había llegado.
Ese tipo de momentos, solitarios y grises, provocan en mi cierta animosidad filosofal. Si bien es cierto estos momentos pueden darse en cualquier hora, esas mañanas son las más propensas al tráfico indiscriminado de ideas de todo tipo. Como lo son también momentos en que el destino, ciertas veces, te pone en situaciones que siempre añoras pero a los que pocas veces te somete. ¿Un hijo complementa el matrimonio? ¿Debo tenerlo solo por que el resto indica que es el momento? ¿Por qué la gente se asusta tanto con la palabra “socialismo”? ¿Acaso en España no gobierna el socialismo, lo mismo que en Alemania, Brasil y durante un tiempo en Gran Bretaña? ¿Por qué la gente piensa que socialismo es igual a volver pobres a todos y no lo contrario, volver ricos a todos como sucede en Singapur o algunos de los países asiáticos? ¿Por qué siempre, incluso después de orinar por las mañanas mi verga sigue dura, cabezona y palpitando?
Me hallaba en esos devaneos existenciales cuando, de repente, como una aparición purificada aparece ella de un pasaje y cruza la pista con dirección al parque. Lleva a un perro de tamaño colosal que husmea frenéticamente el suelo, o debería decir que el perro la lleva a ella. El perro la jala con fuerza y ella sonríe linda y solar. Le dice algo, supongo que el nombre del animal, pero este no le hace caso y más bien se empecina en correr alocadamente. Observo que la criatura en cuestión, la chica quiero decir, lleva un jean desaliñado que la da cierto aire rebelde y despreocupado. Observo también que aunque lleva puesta una chompa suelta y tan desaliñada como el jean, esta no silencia esos pechos escandalosos que gritan por ser libres. Por mi experiencia en tetas puedo apostar a que no lleva brassier. Al fin suelta al perro y sus enormes pechos dejan de saltar. Es muy tarde, ya la vi y ya empezó a lagrimear. Arrecho como estoy e incapaz de contener ese torrente sanguíneo que bombea desde mi corazón hacia el pene sigo caminando y acercándome poco a poco pero siempre de manera disimulada, tranquila, casi silbando. Meto las manos al bolsillo del pantalón y levanto el falo para aprisionarlo con el bóxer.  Me propongo a tener algún tipo de acercamiento con esa muchachita descarada que sale a pasear a su perro sin brassier y probablemente sin calzón. Mi cabeza está volando.
Mientras me acerco salen de todos lados corredores correctamente uniformados: busitos Adidas, Nike o Puma (Umbro no es chick para la zona), zapatillas blancas para correr, ojo: no para básquet, no para fulbito, no para vóley, sino para correr; y el respectivo mp3.  Todos corren ligerísimos y seriotes alrededor de ese amplio y lindo parque preñado de árboles robustos y altísimos. Corren casi en fila india separados por unos metros y caminando a su lado, en terno,  me siento más viejo que de costumbre. Alguno de ellos corre junto a un labrador muy obediente y disciplinado que no va alocadamente por todo el parque. Es un perro que se toma en serio esa rutina matutina, tan deportista que aunque no lleva zapatillas si lleva una camiseta que dice: (I Run, and u?)y hasta juraría llevaba un mp3 también. El can deportista pasa al lado del perrote tontín de la chica de tetas enormes sin brassier. Tontin, por llamarlo de una manera, hace ademanes juguetones, amenazas pueriles que el labrador corredor ni se inmuta en notar, sigue su camino tras su dueño. Esta es mi oportunidad, estoy lo suficientemente cerca.
- Es cachorro, ¿no?-inicio la conversación sin dejar de caminar y mirando al perrote Tontín.
La muchacha, que no para de sonreír y mira con terneza a su mascota responde – Si, recién ha cumplido 6 meses – y de repente aplaude da un saltito con los pies juntitos y sus enormes y mamables tetas se elevan en cámara lenta para caer y rebotar dos veces. Que rico.
 –Lo note por que quiso jugar con ese labrador amargado que ni lo miró- sonrío, siempre sin mirarla.
- Jajaja, si, al pobrecito lo paran choteando. Aquí hay puros perros viejos-
-Y encima deportistas- agrego. La muchacha me mira como diciendo “¿que hablas?”. Sus ojos son pequeños, profundos, negrísimos.  Su nariz es pequeñita y su boca también. Definitivamente no lleva brassier, y definitivamente no tiene tetas, sino ubres. Algunos corredores la saludan al pasar junto a nosotros mientras realizan su matutina rutina de ejercicios.
- ¿Vives por aquí?. Ella duda, por un momento creí que no me escucho o peor aún que si me escucho pero que se hizo la loca. Luego de segundos eternos me responde – Si, vivo cerca -. Sin saber que mas decir y viéndome en una situación en la que hace una década era un especialista, trato de recordar cuál era mi estrategia allá en mis años de universitario soltero, misio y eternamente arrecho (algunas cosas no han cambiado).  Evoco momentos como aquel en que detuve en la Av. Petit Thouars a una señora algo mayor para mis veinte años con la que terminé en un hotel de Lince dos horas después de caminar sin rumbo y a la que la arrechura me llevo a buscar un domingo por la tarde de manera intempestiva aún sin conocerla. O aquella vez en que llamé a la amiga de una enamorada para decirle (sin conocerla) que era enamorado de su amiga Melisa y que quería hablar con ella porque Melisa me había dicho que era su mejor amiga y yo apunte tu número de su celular y quería conversar contigo sobre Melisa por que la noto triste por el problema que tiene en su casa. Tres horas después nos conocimos en Miraflores, en el Parque Salazar, cuatro horas luego le dije que no sabía que Melisa tuviera una amiga tan linda, para luego besarla y terminar con el pene dentro de su boca y vaciándome en sus tetitas porque ella era muy amiga de Melisa y no quería terminar cagándola. Eres muy buena amiga, le dije.
- Yo trabajo por acá cerca – agregue tratando de no mirarla, por que mirarla era mirar sus tetas y podría ofenderla. Tontín husmeaba como idiota un arbusto y luego meaba, repetía la misma acción cada cinco minutos. Podía sentir que ella estaba incomoda. Así que decidí claudicar esa batalla y retirarme con el sabor de la derrota. Definitivamente estaba fuera de práctica, mi performance había caído. No era el mismo muchacho espontáneo y gracioso que siempre hallaba manera de sacarle una sonrisa a una chica linda.
- ¿Y por donde trabajas? – dijo al fin mirándome a los ojos y acomodándose el cabello detrás de la oreja izquierda, de costadito, perfecta. La emoción volvió a mi pene que se irguió como el ave fénix y a mis ojos que empezaron a destilar lujuria. Era lo que necesitaba. Era el combustible que encendía mis recuerdos y mi instinto de cazador.
- Trabajo en ese edificio, ¿ves?- respondí señalando, desde aquí se ve.
- Ah ya, ahí trabaja mi esposo  también – replico mirándome con sonrisa de “ya te cagué” –De repente lo conoces-
- ¿Ah sí?, que bien, y ¿Cómo se llama?.
- Se llama Manuel Silva, trabaja en… Patentes creo – hizo un queco, sonrió.
- Me suena – le dije algo derrotado por dentro pero sonriente por fuera.  Creo que sí.  La verdad era que si lo conocía, de vista claro, nunca había tenido tema alguno con él. Era un tipo alto y flaco, de nariz caída, ojos grandes y cabello rubio. – ¿Y siempre sacas a tu perrito? Cambié de tema. – Algunas mañanas –
- Ah, ya –
- ¿Y tú siempre afanas chicas en los parques?- agregó riéndose suavemente. Sin saber que decir me reí también. – No, agregué. Solo a las lindas – La miré. Se rió.
Los primero autos circulaban por las calles aledañas, movilidades, particulares, buses con escolares. La fina garua empezó su llanto que no es. Y ella miraba a Tontín pero sus tetas ya no se movían. Y aunque no se movían se veían. Mi verga volvió a pararse.
Sin más que decir y dándome cuenta que eran poco mas de las siete me despedí.  –Nos vemos-
- Chau, cuídate –
Dando la media vuelta camine hacia el cruce Andres Reyes con Las Orquídeas, el muchacho que cuida los autos me miró y me hizo un gesto, lo miré y levante el pulgar. El muchacho sonrió. Antes de cruzar reconocí a uno de los corredores. Me miró serio. Era alto, flaco, de nariz caída, ojos grandes y rubio. Era Manuel Silva.
Al cruzar la pista me di cuenta que ya no era el mismo. Hace doce años tendría el teléfono de esa niña grabado en mi cabeza. Hubiera tenido la rapidez suficiente para cambiar palabras, temas, bromas, hacerla sonreír y conseguir el número. Ahora era distinto. Me he vuelto lento.

13 Response to "Lento."

  1. Anónimo 16 de noviembre de 2010, 8:56
    No creo que andes lento, sino que te tomas tu tiempo...por distintos factores, intuyo que uno de ellos es que ya no levantas niñas.. en fin!
    La persona mientras va "madurando" o deshumanizandose" adopta ciertas posturas, las cuales no te hacen menos atractivo o atractiva, sino apetecible de otra perculiar manera de sentir
    Aunque comenzar lento para terminar mega acelerados no es mala opcion ja!!! Bromas aparte, un hombre en sastre (en mi humilde apreciación)llega a ser mucho mas excitante que uno con ropa sport.
    No debemos allanarnos al moldeaje de la sociedad; las preguntas que impliquen a tu vida matrimonial, las tienes que resolver con tu esposa. Y las preguntas "emblemáticas", osea las del socialismo son preguntas sin respuesta, preguntas que tienen respuesta de acuerdo a la sociedad...
    Sociedad ambigua,colosal, compleja e imperfecta (que aunque no querramos pertenecer, pertecenemos) >.<
  2. Infiel en Potencia 16 de noviembre de 2010, 10:10
    Inteligente, buena cualidad. Me cansé de llamarte anónima mi anónima comentarista. Si me dices tu nombre sería mejor no crees?
  3. Anónimo 16 de noviembre de 2010, 10:29
    ¿Cuál es tu nombre inquietante(aún) infiel en potencia?... " MI anónima comentarista" ja!!!llámame chinita....ja! ja! ja! Nada!Solo Isabel, mucho gusto.
  4. Infiel en Potencia 16 de noviembre de 2010, 17:13
    Ok Isa. Gracias por leer las sandeces que escribe este servidor. A mi me puedes llamar...Infiel...en potencia claro. Haber si traes mas ovejas a este rebaño descarriado, chinita.
  5. Anónimo 16 de noviembre de 2010, 17:24
    Ya te dije, no tienes nada que agradecer. Y las ovejas, mas que ovejas son lobos.. en fin!; te las he ido trayendo solapamente, lo seguire haciendo descuida.
    Aún, en potencia dirás..., todos en el blog, te llaman asi( que novedad).Tu eres potencialmente, geneticamente, mentalmente infiel.
    Hey! no eres abogado, cierto?
    >.<
  6. Infiel en Potencia 18 de noviembre de 2010, 4:47
    Ja abogado no. Esto parece un chat. Mejor escribeme a mi correo. No quiero que otros lectores (si estos existen claro) crean que te estoy afanando. Tengo una imagen impoluta que cuidar.
  7. Anónimo 18 de noviembre de 2010, 7:13
    Ja! Ja! Ja! al de verdad o al de mentiritas???
    >.<
  8. Infiel en Potencia 18 de noviembre de 2010, 10:44
    Al de mentiritas, lo encuentras en mi perfil.
  9. Anónimo 23 de noviembre de 2010, 4:48
    Eres un pobre idiota patético, por eso te banearon de Peru21. Solo te dedicas a escribir estupideces que se te cruzan por la cabeza. Deberia darte verguenza llamarte hombre. Eres un maricon por engañar asi a tu esposa. Yo creo que eres un maricon que solo quiere ser famoso. Me alegra que gente como tu no exprese mas sus opiniones mediocres en Peru21. Pobre infeliz. Veamos si eres tan valiente de publicar este comentario.
  10. Anónimo 23 de noviembre de 2010, 5:08
    Tu blog es una porqueria al igual que tu. Por eso te banearon de Peru21. Eres un patetico animal que solo escribe la primera tonteria que le viene a la cabeza. Deberias avergonzarte de llamarte hombre. Apuesto a que eres un maricon en potencia. NO se como puede haber gente estupida que te lee. Deben ser tan estupidos como tu. Aprende a ser hombre y veamos si eres tan valiente para publicar este comentario.
  11. Infiel en Potencia 23 de noviembre de 2010, 5:22
    Diatribas por partida doble. Mi anónimo lector, me banearon de Peru21 por expresar mis ideas y por que mucha gente empezó a entrar a este insignificanet blog. Creo que los bloggers de Peru21 se han vuelto medio mercenarios puesto a que ahora dedican su tribuna a promover ferias (como he podido ver ultimamente). La verdad es muy triste ver como un blog que se supone debia suplir al de Esther Vargas no ha dado la talla y mas bien se ha dedicado a banear y tachar a quien no piensa como ellos. Es mas anónimo, no seras tu uno de sus esbirros?
    Sobre el resto de adjetivo peyorativos que me endosas, que te puedo decir?
    "Hay solo una cosa peor a que hablen mal de ti, y es que no hablen de ti"
    Oscar Wilde.
  12. Anónimo 23 de noviembre de 2010, 13:55
    La gente habla porque tiene boca, en este caso la gente comenta (con mala leche) porque tiene mucho tiempo libre...
    Tan libre, que se da tiempo de buscar a una persona, que solo escribe porque le place y a la vez nos place (a nosotros buenos lectores),buscarla para proteger a su blog, para dar pena (NUNCA DARÁN LA TALLA de Esther Vargas) ...pues gracias! ahora somos más los lectores que sabemos que este blog existe!
    En fin! Somos un país libre y democrático, así lo demuestra nuestro querido Infiel en Potencia...(ojo! aprendan!)

    Es todo un placer leerte, gracias por abrirnos tus pensamientos, gracias por abrirnos tu vida! Eso es digno de admirar!!

    >.<
  13. Anónimo 26 de noviembre de 2010, 22:48
    De admirar? Suficiente con que este blog es para divertirte, entretenerte y hasta arrecharte, dependiendo de tus preferencias, pero de ahí a admirar????

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